Colaboración de Arturo Aranda
MIS CRÓNICAS DE VIAJE, EXPERIENCIAS EN NIGERIA (1999-2003)
Aquí les presento mis experiencias en Nigeria.
Al titularme de la Escuela, me especialicé en el área de Petróleo y Gas, y viajé a Texas donde saqué un Master. Tuve la suerte de trabajar en una compañía de Ingeniería y Construcción que estaba desarrollando tecnología criogénica para producir Gas Natural Licuado (GNL) a menos 160 grados. Hice toda mi carrera de 42 años en esa misma compañía, lo que me llevó por todo el mundo.
Como paréntesis les digo que el curso de Bobenrieth de Mecánica de Fluidos de la Escuela me sirvió muchísimo, incluso el libro de Streeter, a cuyo autor consulté directamente.
El Año 1999 fui asignado como Director de Proyecto de una planta de GNL en Nigeria, basado en Bonny Island, en el delta del río Niger.
Imagínense, un Ingeniero Civil chileno llegando a esta isla, con una cultura que no conocía, y con una tremenda responsabilidad de ejecutar un mega proyecto. Lo primero que aprendí es que cualquier proyecto en Nigeria se extiende a la comunidad local, que participa activamente, y no puedes aislarte dentro de la cerca del proyecto, de manera que me convertí en un hombre público enfrentando demandas (que no son pedidos) de todo tipo.
Mi primer año fue durísimo. Además de tener escolta armada, me tocó una huelga de 11,000 trabajadores. La huelga duró más de un mes, y, como consecuencia, la vida económica de la isla colapsó. Yo traté por todos los medios de resolverla, pero era imposible. Aparecí en los diarios y televisión, y me convertí en un personaje público. Me preguntaba qué diablos hago aquí en Nigeria cuando podría estar en Chile y sin peligro.Pero me sentí responsable de no abandonar el proyecto y llevarlo a cabo hasta el final, costara lo que costara. Ese sentido del deber fue clave en esta experiencia.
Tuve un nigeriano viejo y sabio que era mi consejero y que conocía la cultura local, y me dijo que yo no podría construir el Proyecto si no tenía el apoyo de la comunidad local. También estudié cómo funcionaba el país y fue muy claro que, aunque Nigeria tiene un gobierno federal, éste no camina muy bien y además existen decenas de “reinos” locales (similares a los antiguos caciques en Chile), donde hay un monarca que realmente ha mantenido el poder local por siglos.
De manera que, después de perder el tiempo con el gobierno federal, la huelga seguía, así que pedí una audiencia con el Rey de Bonny (King Edward Asimini Dappa Pepple III, of the Grand Kingdom of Bonny).
El Rey acordó tener una reunión en su “palacio” con el Sindicato, conmigo y mi segundo americano, y presidida por sus 6 consejeros reales. Imagínense la escena: de noche, en una sala llena de nigerianos, y yo, mi segundo y nadie más. Me dieron la palabra y expliqué respetuosamente que estaba pagando los salarios más altos de Nigeria, estaba entrenando a mucha gente, estaba construyendo un proyecto de alto nivel técnico con 90% de mano de obra nigeriana, que respetaba el acuerdo laboral existente y que no podía subir los salarios. Además, dije que estaba “personalmente comprometido” a ejecutar el Proyecto con buenas relaciones con la comunidad de Bonny.
(Después me dijeron que mi compromiso “personal” fue clave en la negociación, porque fue genuino).
Luego le dieron la palabra al Sindicato, que empezó a gritar e insultar a todo el mundo. La reunión se convirtió en una batalla campal y yo rodeado de mis guardaespaldas, quienes me dijeron que estaba en peligro y que debía abandonar de inmediato la reunión, así que salimos en un jeep. La gente rodeó el vehículo y puso sus manos contra los vidrios, pero no hubo violencia, y nos abrieron paso muy lentamente, lo que me pareció una eternidad.
Al día siguiente no pasó nada, la huelga continuaba, pero al día subsiguiente fui a la planta y vi una escena que no olvidaré: a cada lado del camino y en fila india, iban caminando todos los trabajadores de vuelta al trabajo. ¡¡ Los 11.000 !!
Más tarde supe que el Rey, después de la reunión, había dado la orden de vuelta al trabajo y envió a sus serenos por todas las aldeas vecinas, informando que por mandato del Rey todo el mundo debía volver al trabajo sin condiciones. Ahí me di cuenta lo que es el verdadero poder.
Por supuesto que pedí audiencia con el Rey y le agradecí su intervención, pero me dijo claramente que yo debía hacer “algo” y le propuse hacer proyectos comunitarios, caminos, escuelas, etc. El Rey estuvo de acuerdo y formó un Comité con autoridad para negociar conmigo tales proyectos. El Comité llegó con una lista inmensa de proyectos que ya estaban aprobados por el Rey, y que yo estaba obligado a hacerlos todos, de manera que empezamos una negociación que yo creía que fracasaría, pero me di cuenta que esa era la forma de negociar nigeriana. Al final acordamos una lista más corta de proyectos comunitarios, que los hicimos todos.
Durante una reunión el Rey me dijo “Arturo, ¿por qué anda rodeado de guarda espaldas?”. Yo le respondí que recibía amenazas, y entonces el Rey me dijo “Arturo, yo ya di la orden, nadie lo va a tocar, así que puede ir solo a cualquier parte de la isla y a cualquier hora, sin cuidado“.
¡¡ Y así fue !!
Al final terminamos el Proyecto de GNL a tiempo y completamos todos los proyectos comunitarios al doble del costo, lo que acepté porque terminé en buenas relaciones con el Rey y la comunidad local. Regresé a Londres el año 2003, desde donde continué involucrado como “Sponsor” en sucesivas ampliaciones del Proyecto en Bonny hasta el año 2010.
Pensando en esta experiencia, me di cuenta después que con mi cultura chilena yo tenía ciertas ventajas en comparación con los anglosajones, que eran el respeto a los mayores, no ser arrogante, escuchar y también tener calma para negociar y poder decir que no, sin dejar ronchas. También se aprende a conversar, se empieza con la familia, el fútbol, el clima y solo después se va al grano.
Al final el Rey me dio un Título Nobiliario del Gran Reino de Bonny, que lo tengo junto a mi título de la Escuela.
Mi experiencia fue durísima pero, como dicen, “No gain without pain”. Salí de Nigeria una persona muy diferente a la que entré 3 años antes. Con más experiencia, con cicatrices, más duro, pero un poco más sabio. Al final, la gente tiene necesidades que no se pueden ignorar así que hay que enfrentarlas en la medida posible, y ser honesto. Además, no es fácil negociar con gente que no tiene nada que perder.
Lo fundamental es lo que me dijo el Rey: “Arturo, Ud llegó aquí como muchos anteriores y fue duro para negociar, pero al final cumplió con sus promesas, lo que valoramos mucho. Por siglos hemos negociado con extranjeros (desde la esclavitud), que vienen y se van y no dejan nada. Usted nos dejó sus proyectos comunitarios y su integridad, que no olvidaremos.
Lo único que no le cumplí al Rey fue que me ofreció cualquiera esposa virgen que yo quisiera. Le dije que ya estaba casado, y me dijo “Arturo, eso no es ningún problema, basta con un decreto real mío, pero lo dejo a su criterio“. Además este proyecto, con muchos solteros en el campamento, creó una actividad sexual importante, en la cual rápidamente la oferta y la demanda se equilibraron perfectamente, además que se convirtió en una entrada importante para la comunidad local, situación que también tuve que manejar (pero eso lo dejo para otro artículo).
Al final, la experiencia fue inolvidable, aprendí mucho de relaciones humanas, que como ingeniero no tenía, pero me di cuenta que la cultura nuestra (que no sabía que tenía) me sirvió muchísimo. Al final, culturalmente me comporté como un chileno y me sentí orgulloso de serlo, y lo más importante es que los nigerianos me vieron como tal.
Alguien me dijo “Arturo, Nigeria te desnuda, no te deja aparentar”. ¡¡¡ Toda la razón !!!.
Arturo Aranda
Agosto de 2017
